Educación Artística: La creatividad como un derecho natural de los seres humanos

Vivimos tiempos de cambios. En distintos aspectos de nuestro convivir, las cosas están cambiando o se encuentran en crisis, explica Antonia Mendía Oliver, directora teatral y docente de Pájaro Azul, proyecto que apoya y desarrolla el arte de la actuación de niñas, niños y jóvenes, tanto en talleres de actuación como en el universo audiovisual, con el coaching de jóvenes actrices y actores. “Es una abierta invitación a la transformación. Desde esa apertura al cambio es que nos instalamos como Pájaro Azul”. 

El equipo de Pájaro Azul, Macarena Teke Gómez, actriz, docente y directora de Pájaro Azul, Khaled Darwich, actor y docente y Antonia Mendía, han analizado cómo las exigencias de productividad de la sociedad contemporánea no sólo afectan a los profesionales y trabajadores. Los niños, niñas y adolescentes están llenos de exigencias en su educación: a través de las notas y las pruebas estandarizadas están constantemente siendo medidos y calificados. Incluso en la educación artística lo que se espera es ver el resultado final, el producto del trabajo realizado: la obra o la exposición de fin de año. 

Khaled Darwich como coach actoral de Salvador Insunza en “Un lugar llamado Dignidad” dirigida por Matías Rojas, estrenada recientemente en Chile. 

De este modo, los talleres extra escolares tienen la posibilidad de quebrar estas nociones y de transformarse en un espacio de libertad creativa, que pueda constituirse desde el foco en el desarrollo del proceso pedagógico y creativo, atendiendo a lo que está ocurriendo en el momento y los requerimientos socio-afectivos de los estudiantes, fuera de tener como fin un resultado final “exitoso”. Esas son las directrices de Pájaro Azul. 

“Desplazando la noción de productividad en la educación, podemos recuperar la idea de trabajo creativo como un derecho natural de los seres humanos. Y de esta forma cultivar genuinamente la alegría de vivir”, enfatiza Macarena Teke.

Uno de los aprendizajes que nos deja la pandemia es la posibilidad que nos abre el mundo virtual. Desde nuestros hogares podemos conectarnos con personas que se encuentran en diversos lugares de Chile y del mundo. Así, los talleres de actuación de Pájaro Azul están pensados para ser un espacio de encuentro creativo a través de la expresión teatral y cinematográfica. El formato desde casa, permite compartir el arte de la actuación con niñas, niños y jóvenes de un modo singular.

Pantallazo de una sesión del taller de actuación de 9 a 12 años, dirigido por Macarena Teke.

Khaled Darwich nos cuenta que durante estos dos años de pandemia han desarrollado una metodología on line para ser trabajada desde casa, contemplando las particularidades y atendiendo especialmente a las posibilidades de la participación desde el hogar. “Ha sido muy sorprendente para nosotros este formato que partió como un experimento pandémico. Hemos trabajado desde la intimidad de cada uno de nuestros hogares y se genera un espacio de encuentro único. Además hemos podido llegar a lugares donde no es posible acceder a un taller de actuación, tenemos alumnos y alumnas de distintas regiones y comunas del país”, nos comparte la directora de este proyecto-escuela.

“Al dejar de lado el concepto de productividad y concentrarnos en el juego y la experiencia creativa, se genera un espacio de libertad que les da mucha tranquilidad a los estudiantes. De este modo, van apareciendo sus particularidades expresivas. Muchos de nuestros estudiantes quieren continuar y ya tenemos grupos que van en su cuarto taller”, plantea la actriz. 

Las inscripciones están abiertas para los talleres que comienzan el 21 de abril. Los grupos se dividen por edades de 6 a 8 años, 9 a 12 y 13 a 17. Con un máximo de 10 alumnos por cada uno.

Para más información sobre el proyecto Pájaro Azul, www.pajaroazul.cl e Instagram @pajaroazul.cl.